El llanto en los perros es algo particularmente común durante los primeros meses de vida, especialmente cuando estos acaban de llegar a casa. Pero aunque todos sabemos que nuestros perros pueden llorar, cuando finalmente lo hacen sentimos que nos parten el corazón, y es que inevitablemente asociamos el llanto con el dolor y el sufrimiento.
Los perros lloran por muchas razones: por dolor, miedo o hambre, pero sobre todo por condicionamiento. Los perros son muy buenos asociando causas y consecuencias, y es común que lloren porque ya descubrieron que cuando lloran, alguien viene a verlos. Es bastante frecuente también que aquellas personas que no tienen mucha experiencia en animales, atribuyan el llanto a las primeras razones, y traten de darles agua, alimentos, revisar si están sanos, etc. No se dan cuenta de que el perro está utilizando el llanto para lograr su atención.
Los perros que lloran más suelen ser los más engreídos, los que no comen o comen poco, los que ensucian toda la casa, los que duermen en la cama de su amo. Para evitar esto, es necesario establecer horarios claros. Los cachorros pueden tener un horario a partir de los primeros 2 o 3 días de haber llegado a la casa: horario para comer, lugar para ir al baño, para hacer ejercicios y para jugar. Lo primero para que un perro no llore es establecer estos horarios de la forma más fija posible.
Al igual que los humanos, el llanto del perro también puede indicar que tu animal no se encuentra bien de salud. Si tu perro nunca llora, si no ha cambiado de ambiente o no ha ocurrido nada significativo en su rutina, y a pesar de eso notas que llora, será importante llevarlo al veterinario para descartar que esté enfermo o herido.